Las
tías que van de tías tienen ese inconveniente muchas veces.
Paladeo divertido cada palabra,
cada sílaba de esta ingeniosa frase. Supongo que querréis saber a qué viene, a
cuento de qué, y de dónde carajo me la he sacado. Pues bien, es una de las frases
dotadas de mayor autenticidad que he escuchado últimamente, y claro, esto se
debe a que procede de una de las personas más auténticas que conozco (por no
decir la que más). Es una personita increíble, que a veces no se tiene en muy
alta estima, y a mí, sinceramente, me dan ganas de agarrarla de la nuca y
empotrarla repetidamente contra el quicio de una puerta. Y sí, utilizo esta
palabra porque viene al dedillo, ya que muchas veces consigue sacarme de quicio.
Y es que a pesar de eso, no sé cómo ni por qué, este ser del inframundo ha
conseguido calar muy muy hondo en mi vida, llenando algunos espacios, vacíos
previamente, con sus puyas, sarcasmos, gilipolleces, y toda suerte de paridas
que hacen que el día a día valga de verdad la pena, que cobre sentido, y que
consiguen arrancarme siempre una sonrisa aunque no me encuentre en mi mejor
momento. Porque sinceramente, ahora mismo no sabría qué hacer sin ella (bueno, ni ella sin mí tampoco, que no se lo crea mucho). Porque
la verdad es que creo de verdad que no hace falta una relación de años para
llegar a trabar una preciosa amistad. Y porque, sencillamente, la quiero…
…CSC.