En esta noche echo de
menos.
No sé qué, pero echo de
menos.
Tal vez el frío del
invierno,
tal vez sonreír como un
memo.
Quizás el maldito
perfume
que emana la mayor pureza.
Su ausencia mata la
belleza
y hace que los sueños
se esfumen.
Me consumo, muy
suavente,
y en el ocaso de mis
días,
mis sábanas se sienten
frías
y añoro un corazón caliente.
Un buen café en la
madrugada,
mantiene mis ojos
abiertos.
Deja que me sume al
concierto
de las ánimas desveladas.
Jodida muerte traicionera,
maldita parca caprichosa,
llévame contigo
alevosa,
volando con alas de
cera.
En esta noche… en la
que echo de menos.